
8 al 11 de noviembre de 2025, en Pará – Brasil
Los desequilibrios ambientales, sociales y económicos provocados por el actual modo de producción y reproducción de la vida en la sociedad capitalista moderna han alcanzado niveles alarmantes. Los verdaderos límites planetarios, que se refieren a las condiciones fundamentales para el mantenimiento de la vida en el planeta, evidencian que estamos llegando a umbrales de riesgo para la propia supervivencia de los seres humanos. Este escenario incluye graves alteraciones climáticas que, solo en América Latina y el Caribe, ya han incrementado en un 74% el riesgo de eventos extremos y de inseguridad alimentaria.
Además, la financiarización de la naturaleza y el avance sobre los territorios aumentan la violencia en el campo y degradan las aguas y los bosques. Las condiciones de vida están cada vez más precarizadas, y la falta de acceso a saneamiento básico y a una vivienda digna perpetúa violencias y desigualdades sociales.
El escenario de colapso socioambiental es desalentador, y el fracaso de las opciones del capitalismo verde por un “desarrollo sostenible” evidencia que desmantelar efectivamente este sistema y esta forma de vida en el mundo es la única alternativa. Las luchas por justicia climática, ambiental y social son tareas urgentes que nos convocan a movilizarnos ante nuestra responsabilidad histórica con las generaciones futuras.
Hemos visto el recrudecimiento de las luchas antisistémicas en todo el mundo, incluyendo el surgimiento de movilizaciones también en países del centro del capitalismo. Al mismo tiempo, trabajadores, jóvenes, mujeres, comunidades LGBTQ+, pueblos originarios, afrodescendientes, campesinos, comunidades académicas, científicas y grupos organizados en sus territorios demuestran que la pluralidad de la clase trabajadora resiste y lucha, denunciando la quiebra de este sistema. Se denuncia la obscena acumulación del capital y el mantenimiento de los privilegios de una minoría que se apropia y destruye nuestros bienes comunes, perpetuando desigualdades socioambientales en todo el planeta.
El crecimiento de una extrema derecha neofascista y fósil es un agravante que demuestra una coyuntura en la que nuestra actuación debe ser ampliada y fortalecida. Necesitamos un cambio sistémico con plazos claros, anclado en la urgencia de la crisis climática. Por eso, exigimos el fin de la economía fósil en el Norte Global para 2030. Luchamos por justicia climática, rechazando las falsas transiciones energéticas del capital, que siguen permitiendo la creación y ampliación de zonas de sacrificio en los territorios de la periferia capitalista. El imperativo es nuestra propia organización como movimiento latinoamericano e internacional, defendiendo la radicalización de la democracia y el derecho a vivir en un mundo sin guerras.
Por lo tanto, debemos unir esfuerzos para cambiar la correlación de fuerzas frente a la tentativa de implementación de un modelo de sociedad retrógrada, marcado por el racismo, la misoginia, la xenofobia, la LGBTfobia, y tantas otras opresiones. Este retorno al pasado nos es familiar. Sabemos cuáles son sus consecuencias, pero también sabemos que podemos enfrentarlo y destruirlo. Aceptar solo sobrevivir frente al desafío planteado no es una opción.
Tenemos las herramientas, el compromiso y la disposición para construir una verdadera alternativa a las formas hegemónicas del capitalismo actual –neoliberales, coloniales, neoextractivistas, racistas y patriarcales–, buscando restaurar los ecosistemas naturales y establecer una relación equilibrada con la naturaleza, de la cual somos interdependientes, posibilitando inclusión e igualdad socioambiental, así como favoreciendo la coexistencia entre especies, la preservación de la vida en el planeta y el fin de todas las formas de opresión.
Creemos que los cambios necesarios no vendrán solo de un espacio centralizado o de un pequeño grupo de personas, sino de la unión de esfuerzos en todos los rincones de nuestros territorios. La verdadera transformación comienza en lo colectivo y en las acciones locales, que se conectan y se fortalecen mutuamente. La movilización debe ser conjunta, inclusiva y estructurante, ya que no hay alternativas posibles sin la participación activa y consciente de todos los sectores de la sociedad.
Para ello, proponemos pasar de una postura de denuncia y lucha defensiva a iniciar también la construcción de una estrategia global, que pueda enfrentar y destruir las bases y estructuras que sostienen la mercantilización y la depredación capitalista. Es urgente avanzar hacia un modelo de sociedad que no esté regido por la codicia de las empresas y los grupos de intereses corporativos, sino construido desde una perspectiva ecosocialista y ecofeminista, con vistas a una sociedad justa, diversa y en equilibrio con los ecosistemas naturales.
Por lo tanto, nosotros, trabajadores y activistas de diferentes movimientos ecosociales, de organizaciones de base, sindicalistas, indígenas, comunidades tradicionales, militantes políticos, ambientalistas e intelectuales de todo el planeta, comprometidos con la justicia socioambiental y principalmente con el Ecosocialismo, invitamos a la construcción del II Encuentro Ecosocialista Latinoamericano y Caribeño, a realizarse en noviembre de 2025, en Brasil.
La iniciativa sigue la línea del I Encuentro Ecosocialista Latinoamericano, realizado en Buenos Aires en mayo de 2024, y contará con paneles, talleres y plenarias para que podamos construir colectivamente un camino hacia una agenda y un programa ecopolítico de lucha por el Ecosocialismo, en el ámbito continental y global.
En este sentido, invitamos a la militancia ecosocialista a realizar pre-Encuentros Ecosocialistas autogestionados, durante los próximos meses previos a nuestro “II Encuentro Ecosocialista” (II EELAC), en sus propios territorios, regiones, ciudades y países, donde ya existan iniciativas ecosocialistas con capacidad política local para llevarlos a cabo.
Invitamos a todas las organizaciones y referentes de la lucha socioambiental a firmar este llamado.
Construyamos juntos esta urgente y necesaria alternativa política civilizatoria:
El Ecosocialismo